3. Catacumbas de San Calixto

sancalixto Las catacumbas de San Calixto son un cementerio que se encuentran a la derecha de la Via Appia Antica, después de la iglesia del "Quo Vadis".

Empezaron a existir hacia la mitad del siglo II y forman parte de un complejo que ocupa una extensión de 15 hectáreas, con una red de galerías de casi 20 km en distintos pisos, y alcanzan una profundidad superior a los 20 metros. En ellas se enterraron a decenas de mártires, 16 pontífices y muchísimos cristianos.

Reciben su nombre del diacono y luego papa San Calixto, designado a principios del siglo III por el Papa Ceferino como administrador del cementerio. Así, las catacumbas de San Calixto se convirtieron en el cementerio oficial de la Iglesia de Roma.

En la superficie se ven dos pequeñas basílicas con tres ábsides, llamadas por ello "Tricoras". En la oriental se inhumó probablemente al papa San Ceferino y al joven mártir de la Eucaristía, San Tarcisio.

El cementerio subterráneo consta de distintas áreas. Las Criptas de Lucina y la zona llamada de los Papas y de Santa Cecilia son los núcleos más antiguos (siglo II). Las otras zonas reciben el nombre de San Milcíades (mitad del s. III), de San Cayo y San Eusebio (finales del s. III), Occidental (primera mitad del s. IV) y Liberiana (segunda mitad del s. IV) con muchas criptas importantes.

 

LA CRIPTA DE LOS PAPAS

criptapapasCripta de los papas Es el lugar más sagrado e importante de estas catacumbas, descubierto por el gran arqueólogo Juan Bautista de Rossi en 1854, y definido por él "el pequeño Vaticano, el monumento central de las necrópolis cristianas". Tuvo su origen hacia fines del siglo II como cubículo privado. Después de la donación de esa área a la Iglesia de Roma, el cubículo fue remodelado y transformado en cripta y se volvió el sepulcro de los papas del III siglo. La cripta, de forma rectangular, contenía cuatro nichos para sarcófagos y seis lóculos en cada lado; en total, dieciséis sepulturas, más una tumba monumental en la pared del fondo.

En esta cripta fueron sepultados nueve papas y ocho obispos del siglo II. En las paredes están pegadas las lápidas originales, quebradas e incompletas, de cinco papas. Sus nombres están escritos en griego, según la costumbre oficial de la Iglesia de ese tiempo. Sobre cuatro lápidas, junto al nombre del pontífice, está la calificación de epí(scopos) = obispo, porque era el jefe de la Iglesia de Roma; y sobre dos lápidas está la sigla, es decir, la abreviatura MTR = Mártir. Mártir significa testigo. Se llamó mártires a los cristianos que habían dado testimonio con la sangre de su fe en Cristo.

 

LA CRIPTA DE SANTA CECILIA

SANTACECILIACripta de Santa Cecilia En la pared de la izquierda, abajo, se abre un gran nicho en el cual fue colocado el sarcófago que contiene el cuerpo de Cecilia, que permaneció allí hasta el año 821 cuando el papa San Pascual I lo hizo transportar al Trastévere, a la basílica dedicada a ella.

La estatua, ahí colocada, es una copia de la célebre estatua de Esteban Maderno (1566-1636), esculpida en 1599, cuando se hizo el reconocimiento de los restos mortales de Cecilia. Estos fueron hallados en la posición reproducida por el escultor. Maderno quiso también poner de relieve el corte de la espada en el cuello y la posición de los dedos: tres abiertos en la mano derecha y un dedo abierto en la izquierda. Conforme a la tradición, la santa quiso manifestar así su fe en la Unidad y en la Trinidad de Dios.

La cripta había sido embellecida con mosaicos y pinturas. De estas últimas quedan ahora algunas imágenes. En la pared izquierda, junto al lugar de sepultura de la mártir, en alto está representada Santa Cecilia en actitud de orante; abajo, en un pequeño nicho, se encuentra la imagen de Cristo "Pantocrátor" (Omnipotente), que sostiene el Evangelio. Al lado, está la imagen de San Urbano, papa y mártir, contemporáneo de Santa Cecilia, unido en la pasión a la mártir. En la cavidad del lucernario se admira la cruz entre dos ovejitas y las imágenes de los mártires Polícamo, Sebastián y Quirino.

En la cripta se conservan numerosas inscripciones. La más importante, por el hermoso testimonio de fe, es la de Septimio Frontón, de rango senatorial. Está en lengua griega y se remonta al siglo III.