18. San Carlo alle Quattro Fontane

sancarlo4fontane4 Es una iglesia construida entre 1638 y 1641 en la ciudad de Roma. Diseñada por Francesco Borromini (1599-1677), es una de las piezas maestras de la arquitectura barroca.

Forma parte de un conjunto de edificios monásticos instalados sobre el Monte Quirinal, fue un encargo de la Orden de los Trinitarios Descalzos, dedicados a la liberación de esclavos cristianos, en Quattro Fontane en 1634. Está consagrada a Carlo Borromeo y fue encargada bajo el patronazgo del Cardenal Francesco Barberini, quien vivía en un palacio cercano.

La iglesia, el claustro y el monasterio fueron construidos entre 1634 y 1644 por Francesco Borromini, sobrino de Carlo Maderno. Este arquitecto suizo, que llegó a Roma en torno a 1620 desde el Cantón de Ticino, había colaborado anteriormente en el Baldaquino de San Pedro y en el cercano Palacio Barberini.

Los Trinitarios le encargaron un nuevo convento e iglesia, donde había ya una pequeña capilla. El claustro, primera parte que diseñada en el conjunto, fue proyectado por Borromini en 1635, pero se terminó en 1644, mientras que en el mismo año se terminó la fachada del Instituto sobre la actual Via del Quirinale (entonces llamada Strada Pia), la iglesia (que se comenzó en 1638) y un primer campanario adyacente de planta cuadrada.

La fachada de la iglesia fue diseñada y construida mucho más tarde, a partir de 1664. Después de la muerte del arquitecto en 1667, el trabajo fue continuado desde 1670 a 1680 por su sobrino Bernardo Borromini a partir de los dibujos del maestro. El campanario fue demolido para la prolongación del cuerpo convexo de la iglesia hacia la esquina de las Quattro Fontane, y se construyó uno nuevo en 1670. La decoración de la fachada se prolongó durante una década, hasta la instalación de la estatua de San Carlo en el nicho principal en 1680.

cupulaCúpula Hoy tenemos muchos planos alternativos de la iglesia, que Borromini había pensado para encontrar una solución que se ajuste a dos necesidades importantes: el costo más bajo posible, ya que los hermanos no tenían mucho dinero y el uso eficiente del espacio disponible. Gracias al genio del arquitecto, que supo combinar estas cualidades en un resultado elegante e innovador, se puede decir que la iglesia y todo el conjunto son los más grandes exponentes de la arquitectura barroca. La iglesia y el conjunto conventual se caracterizan por tamaño sorprendentemente pequeño y la simplicidad de los materiales, en conformidad con la regla y la espiritualidad de los hermanos de origen español de la Orden de los Trinitarios,2 que recién se habían establecido en Roma (en 1609, dirigido por el Padre Gabriele dell'Assunta), sino también con las convicciones de Borromini que prefería a los materiales de alta calidad, materiales más humildes como el yeso y estuco, para ser mejorados mediante la técnica.

San Carlino presenta una libre agregación de espacios diversos, ya que junto con la iglesia se construyó el convento, creando un conjunto de correlaciones y contrastes en cuanto a formas geométricas, siendo el claustro del convento rectangular, mientras la iglesia presenta forma elipsoidal.

La iglesia presenta una cúpula oval, concebida con una autonomía absoluta, presenta dos focos de luz, a la luz cenital que se introduce por la parte superior de la cúpula se unen los sistemas lumínicos rasantes que se introducen por la base de ésta. Destaca como obra barroca pues muestra una fachada muy dinámica, hecho que se ve en la ruptura del entablamento del marco del portón y la alternancia de formas cóncavas y convexas.
En total San Carlo alle Quattro Fontane destaca por el alto grado de conocimientos matemáticos y arquitectónicos empleados por Borromini.